La descendencia perdida de Tom Waits
El crooner de la Norteamérica que no retratan las postales regresa con su más abultada colección de canciones no reconocidas. Orphans: Brawlers, Bawlers & Bastards se llama el disco triple con 56 temas (30 de ellos nunca antes publicados) que aparece el 21 de noviembre en Estados Unidos.
Por Mauricio Jurgensen (La Tercera)
Se supone que debería conceder alguna de esas frases que ayudan a templar el ambiente previo al arribo de un nuevo trabajo. Pero nada. Tom Waits (California, 1949), uno que ha hecho carrera instalado en la periferia y siempre a espaldas de las exigencias de la industria, apenas se acomoda el sombrero y lanza con voz sucia y destemplada: "Es sólo un, montón de canciones que se me cayeron por la cocina mientras preparaba la cena". Habrá entonces que conceder de vuelta: no se trata sólo del disco de tumo (sucesor de Real Gone, 2004) y, por cierto, menos de las sobras del menú.
Orphans: Brawlers, Bawlers and Bastards asoma como el testimonio más generoso y definitivo de una carrera musical iniciada formalmente -tras "curtirse" en los bares- en 1973 con Closing Time. La ficha de su disquera (y que incluye la notable frase de entrada) habla de una colección de 56 canciones -30 de ellas inéditas, dos "escondidas" hacia el final de la lista- que irán repartidas en tres discos separados por criterios de estilo: blueseras (Brawlers), melancólicas (Bawlers) y experimentales (Bastards). También hay covers de The Ramones y Daniel Johnston, dos musicalizaciones sobre escritos de Charles Bukowski y Jack Kerouac y colaboraciones de gente como Mark Linkous (Sparklehorse) y Les Claypool (Primus).
Rodeado de amigos y no de muy buena gana, aceptó salir de gira para promocionar un título que será editado el 21 de noviembre en Estados Unidos. Aunque hablar de gira sea un exceso: durante agosto pasado montó ocho conciertos en ciudades ajenas al circuito convencional y, cuando le pidieron razones para emprender tan atípico periplo, sólo argumentó: Vamos a Kentucky, porque allá un tipo me debe dinero, y pasaremos por Tennessee, porque no me quiero perder los fuegos artificiales.
Surreal y narcótico
Burlón e inflexible, Waits dice que Orphans "es un chico sin futuro manejando un ataúd con grandes neumáticos por el río Ohio, usando anteojos para soldar, y también un tipo golpeador de esposas con un petardo en su oído". Pero lo que se oye son canciones en un clima tan narcótico como seductor con pianos, bronces, violines y batería con plumillas. Registros de belleza insana y maldita que produjo junto a su esposa y colaboradora, la irlandesa Kathleen Brennan, y a dos de sus tres hijos.
La cita familiar no es gratuita. Después de arroparse en el repertorio de piano y jazz que nutrió la primera década de su carrera musical, Waits logró que en 1983 el sello Island publicara Swordfishtrombones, a un año de haberlo grabado y después de que Asylum, su primera casa disquera, lo desechara por "inentendible". Por esos días, el músico conoció a Brennan en los estudios Zoetrope, de la familia Coppola, y fue ella quien precipitó dos decisiones clave: dejar el alcohol y seguir escribiendo lo que le viniera en gana. Waits cambió la melancolía etílica por una crónica enrarecida y rústica de rango experimental. Swordfishtrombones inauguró una trilogía de discos imperdibles, que completan Rain Dogs (1985) y Frank's Wild Years (1987), y que sellaron las claves de su posterior repertorio.
Orphans confirma ese tono surreal y narcótico, que durante la última década -y como golpe a la cátedra dé una carrera que siempre fue esquiva en términos de rentabilidad-, comenzó a gozar, de fuerte popularidad. Sobre todo a partir de Mule Variations (1999), que llegó a vender más de un millón de copias. Esta edición, que supera el rango retrospectivo por su inclusión de 30 canciones nuevas, tiene también una edición de lujo con librillo de 94 páginas y letras de puño y letra de un músico que ajusta cuentas con el pasado reconociendo, formalmente, a sus crías pérdidas.
Les dejo un par de temas, "The Last Rose of Summer" y "Singapore", de sus discos The Black Rider y Rain Dogs respectivamente, bien diferentes para que capten su estilo.
Si gustan pueden bajar el tremendo DISCO ENTERO de Tom Waits, "The Heart of Saturday Night", del año 1974, cuando el crooner recién comenzaba su carrera (con el pie derecho), CLICK ACÁ
Alex W. Levine.-
Labels: En la Prensa
3 Comments:
Buen dato este aunque debe costar una pequeña fortuna y como siempre ser un poco inaccesible por estos lados, si tienes el dato de donde comprarlo localmente, es bienvenido por acá
i paid fifffteeen dooolars for a prostitute...
with tooo much make up,
and a broken shoe...
puta que es la zorra este tom waits.
métanse a youtube y vean las entrevistas con letterman, o una de antología, que dio en el Fernwood Tonight, tocando The Piano Has Been Drinking. Notable
Que maravilloso!!! Definitivamente un genio.
Saludos querido Alex.
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